¿Han visto la película «El transportador»? Es la clásica producción de Hollywood, pochoclera, mucha acción, poco argumento, predecible. Lejos está de mis favoritas. Pero creo que quienes estamos comprometidos con la tarea del crecimiento personal y liderazgo podemos aprender una importante lección de esta película.

El transportador es un profesional y se toma muy en serio su trabajo. Antes de aceptar una encomienda, deja en claro una serie de reglas. Si el cliente las acepta, el trabajo se hace. Si no, mala suerte, otra persona deberá hacerlo.

En efecto, el guión de la película se basa en todo lo que le pasa al transportador luego de romper sus reglas. Todo su profesionalismo y eficiencia se viene abajo cuando las rompe.

Para qué sirven las reglas

Una regla define estable un patrón de comportamiento esperable. Definirse reglas puede ser de gran ayuda principalmente porque en momentos de debilidad uno cuenta con un curso de acción claro que debe cumplir.

Tomemos por ejemplo la regla «nunca responder en caliente». Todos sabemos (en frío) que no debemos responder enojados. Si lo hacemos, posiblemente nos arrepintamos luego. Pero cuando llega el momento de estrés, las emociones nos traicionan…terminamos actuando en contra de nuestros intereses.

En cambio, si uno se definiera la regla de nunca responder en caliente, por más que las emociones empiecen a provocar una reacción, ya existe un camino predeterminado…y esa regla tiene un porqué. Es más fácil controlarse buscando cumplir una regla que nos definimos a sólo controlarse por controlarse.

Hay muchos otros ejemplos, tales como: «nunca llegar a tarde a un compromiso», «no chequear los mails los fines de semana», «no prometer algo que no se pueda cumplir», etc… Todas estas reglas sirven para guiar nuestra conducta.

Ser profesional versus ser estricto

Es inevitable que al referirme a la palabra «reglas» muchos piensen en «estricto», estructurado, inflexible. Ser estricto es no aceptar excepciones. Y creo que eso está bien para ciertas reglas. Si me propongo cumplir la regla de no responder en caliente debo ser estricto. Estas cosas no son negociables.

Pero un profesional sabe que las excepciones existen y que a veces sirven, siempre y cuando estén debidamente justificadas y no vayan contra un valor superior. Un día tal vez haya que responder un mail un fin de semana, siempre y cuando sea realmente importante y no pueda esperar.

En cambio, robar es también romper una regla. Sirve para obtener dinero rápido. Pero va en contra de muchos valores superiores (respeto, honestidad, integridad, propiedad, etc..). Por lo tanto, no resulta una excepción válida.

Conclusiones

Las personas con reglas pueden reproducir su éxito, actuando siempre en línea con sus valores aún en momentos de vulnerabilidad. No dejan al azar su conducta. Saben qué hacer. No se dejan afectar tan fácil por las emociones del momento. Siguen sus reglas porque para eso están.

Definirse reglas nos ayuda en cualquier área de nuestra vida adonde queramos mejorar (relaciones, salud, finanzas, trabajo, etc.). Yo me propongo la regla de escribir todas las semanas. Vos, ¿cuál te proponés?

Cómo un líder debe manejar sus reglas
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