¿Cuáles son realmente tus fortalezas?
Una fortaleza es una actividad que te hace sentir fuerte. Es una actividad que enciende esa pasión que hace que le dediquemos más y más tiempo, y al hacerlo, eventualmente terminamos siendo muy buenos en eso.
Parece una cuestión de palabras pero tiene una profunda diferencia. La definición clásica mira hacia el pasado. Es lo que hiciste muy bien, hasta hoy. En cambio, esta nueva definición mira hacia el futuro. Es lo que disfrutás tanto de hacer que hará que continúes mejorando.
Es decir, no es necesariamente aquello que hacemos muy bien. La distinción radica en el interés que luego termina convirtiéndose en resultados. Primero viene el interés.
Pero, ¿qué pasa si tenemos una actividad que nos apasiona hacer pero que por más empeño que pongamos no logramos destacarnos? Una buena decisión sería entender que eso será un hobbie.
Ejemplos
Juan siempre fue bueno en matemáticas. Tiene facilidad para los números. Pero, a la hora de elegir un trabajo, disfruta trabajar con gente. Le encanta escuchar sus problemas y pensar soluciones lo que hace relativamente bien. Tiene paciencia para escuchar y tacto para responder. Dejar a Juan detrás de una computadora haciendo planillas de cálculo garantiza reportes bien hechos. Pero a la larga produce un Juan desmotivado.
Los números no son una fortaleza para Juan, sino simplemente una habilidad. Su fortaleza tiene que ver con las habilidades sociales, donde tiene más margen aún para mejorar y superarse, ya que le interesa hacerlo.
Cómo identificar una fortaleza
Existen tres señales que nos indican estar en presencia de nuestras fortalezas:
- Predisposición: son actividades que te ofrecés para hacer. Te gustan hacerlas y esperás el momento del día o la semana para dedicarte de lleno en ellas. Las harías por más que no te lo pidieran.
- Interés: son actividades que despiertan tu más profunda curiosidad. Te gusta aprender más y más sobre esa actividad. No necesitás concentración especial ni fuerza de voluntad. Te interesa tanto hacer esa actividad que el tiempo pasa volando.
- Satisfacción: dedicarte a estas actividades te puede producir cansancio físico pero nunca espiritual. Realizar esta tarea “te llena”. Te genera momentos de felicidad. Te puede demandar toda tu energía, pero no te produce estrés.
Muy buena diferenciación
Gracias Pablo por tu comentario. Un abrazo!