Me levanto 5am. El jetlag después de un largo viaje aún no me deja ordenar mi sueño. Aunque estoy cansado no puedo dormir. Voy al living y pongo Netflix. Tal vez me vuelva a dormir.
Elijo ver un documental llamado “Jim y Andy”, protagonizado por Jim Carrey, centrado en su experiencia encarnando a Andy Kaufman, un excéntrico comediante americano que yo desconocía. Es un documental muy raro, en el que Carrey se mete tanto en el personaje de Kaufman que juega a ser uno o el otro o ambos. Pero creo que le sirve como excusa para hablar sobre su propia vida.
Lo que realmente me impactó fue el relato que hace Jim Carrey sobre su padre.
Percy Carrey
La súper estrella de Hollywood nació en Canadá. Su padre, Percy Carrey, era también muy gracioso, muy talentoso. Además era un excelente saxofonista y tenía hasta su propia orquesta. Según el relato, amaba lo que hacía y era bueno para eso.
Sin embargo Percy no era lo que esperaba su familia. Debía ser otro, una persona seria. Siguiendo el sueño americano, se muda de Canadá y con la presión de sostener a su familia, comienza a trabajar como contador. Abandona sus pasiones y trata de encajar en el sistema.
Poco a poco Percy se fue apagando, más aún cuando a los 51 años perdió su trabajo y por un tiempo estuvo sin casa. Su hijo Jim Carrey dice que todo esto lo devastó.
Plan A vs Plan B
La historia de su padre lo afectó profundamente. En sus palabras, Jim Carrey dijo “Cuando sacrificas y fallas, realmente duele. Duele aún más que fallar en lo que amas. Puedes fallar en lo NO amas, así que mejor haz lo que te gusta”. El Plan B de su padre terminó siendo un fracaso.
Por eso para él no existió nunca una alternativa. Tuvo un Plan A, solo uno. Se dedicaría a perseguir su pasión, a cualquier costo. Sumó mucho trabajó a su talento y las cosas funcionaron bastante bien: Ace Ventura, La Máscara, Tonto y Retonto, Truman Show, Todopoderoso, Eterno resplandor, etc…Hoy día es uno de los actores más importantes de la industria.
Conclusiones
Después este relato no me pude volver a dormir, tomé mi notebook y aquí estoy, escribiendo este artículo. No quería que se me escapara esta lección que sirve para todos nosotros. Seguir un Plan B, por miedo a que el Plan A falle, puede ser muy costoso. ¿Qué pasa si el Plan B no funciona?
No abandones tus sueños. Apostá a lo que te gusta. No acumules “debería haber hecho…”. Hacelo. No importa si te equivocás. Siempre se aprende. Y más allá del resultado, tiene un sabor hermoso perseguir un sueño.
PD: En una próxima edición les comparto otra historia sobre cómo la visualización tuvo un gran efecto en el posterior éxito de Jim Carrey.
Me gusta 👍
Solo se vive una vez.