Las empresas cada día son más horizontales. El rol tradicional del jefe se va transformando hacia un líder-coach. Se espera que el líder esté atento no sólo a lo laboral sino también al bienestar general de las personas. Por el otro lado, los colaboradores (y en particular los millennials) prefieren ambientes más relajados, con una relación cercana con el jefe. En un par de años pasamos del “Buenos días, Señor Gerente” al “Vamos a tomar unas cervezas al after, venís?”.

Bajo esta nueva realidad, cabe preguntarse si es posible entablar una verdadera relación de amistad con un jefe. ¿Está bien o está mal? ¿Cuál es la distancia correcta?

Los argumentos a favor

La mayoría de la gente pasa más tiempo en el trabajo que en el resto de sus actividades. Comparte más tiempo con su jefe y compañeros de trabajo que con sus amigos o familiares. De allí no sorprende encontrar que muchas amistades florezcan en la oficina. Y a veces mucho más que amistades…

Una relación cercana con el jefe puede ser muy beneficiosa producto de la confianza. La confianza es la base de las relaciones. Si hay confianza puedo cooperar, me puedo equivocar y me vas a perdonar, puede decirte cosas que tal vez a otro no te diría, puedo esperar con certeza que cumplas con lo que me prometiste, etc… La confianza es clave y la amistad está en el podio de las relaciones de confianza.

Los argumentos en contra

Pero la confianza no arregla todo. Mientras que las cosas fluyen básicamente no hay problema. Sin embargo, no todo es color de rosa. Planteemos los siguientes interrogantes:

  • ¿Qué sucede si el jefe califica mal al colaborador y este no está de acuerdo?
  • ¿Qué sucede si al colaborador se le presenta una oportunidad laboral y el jefe lo necesita en el equipo?
  • ¿Qué opinará el resto del equipo cuando al “amigo del jefe” le dan un premio, o un aumento, o un ascenso?  ¿Realmente lo verán merecido?
  • ¿Qué pasa fuera de la oficina? ¿Los buenos gestos del colaborador son por amistad o por interés?
  • ¿Qué nivel de transparencia de la vida personal es la correcta siendo  jefe/colaborador?
  • ¿Qué sucede si el jefe está desmotivado? ¿Es correcto compartirlo con su amigo empleado que sí está motivado?
  • ¿Qué sucederá cuando el colaborador le pida un favor a su jefe y este le dice que no?
  • ¿Qué sucede si el colaborador no está conforme con el trabajo de su jefe?
  • ¿Qué sucede si el colaborador abusa de la confianza y empieza no cumplir con todas las reglas?
  • ¿Qué sucede si el jefe tiene que recortar personal y debe despedirlo?

Ya de por sí todas estas situaciones son complejas con cualquier colaborador. Cuando le agregamos la dimensión amistad, son muchísimo más difíciles.

Conclusiones

En líneas generales la relación jefe-colaborador es asimétrica, es decir, uno tiene más poder que el otro. No son pares como en una amistad. Entonces, en algunas situaciones esa diferencia se puede hacer notar. Y allí es cuando la amistad puede resentirse. O por el contrario, como el jefe es amigo, decide hacer caso omiso de cosas que debería resaltar, generando una injusticia con el resto de las personas.  

Me parece sensacional tener amigos en el trabajo así como también una relación cercana de confianza con el jefe. Pero creo que la amistad jefe/colaborador puede generar problemas.

¿Existe la amistad entre jefe y colaborador?
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2 pensamientos en “¿Existe la amistad entre jefe y colaborador?

  • abril 16, 2020 a las 11:31 pm
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    Hola. Entiendo que se puede dar, siempre y cuando se logre tener la capacidad para aceptar que uno está representando diferentes roles. Puede darse, por muchas vueltas de la vida, que «alguien» que es tu amigo, «termine siendo tu jefe» (más en ciertor rubros). Tal que además de la confianza, que debe ser de hierro (por decirlo de alguna forma), se precisa saber que «de x a xx hs», el rol es asimétrico. Y que ambos estan desempeñando un rol, y es fundamental respetar ese «rol». Ej. uno tiene que saber que si la empresa toma la decisión de «despidos» sea por una reestructuración, o «porque el conjunto de evaluaciones» fue negativa, «no deja de ser amigo», sino «que es su deber como Jefe». Y uno tiene que «tomarlo como tal». SI ante una situacion como esa (ok, en este caso muy extrema), uno saliera con «pero como si es mi amigo»…ahi es donde esa relación se va a perder.. Dese ya es algo complejo de manejar, pero es posible. Y otro detalle, respecto a premios, bonos, siempre alguno va a pensar que el otro es acomodado o demas, la envidia existe, y el no reconocer que uno hace mal su trabajo también. (Eso que uno dice, habla habla, pero es puro humo, luego en la cancha nada…), asi como tampoco estaría bien que el Jefe, no premie a quien merece, porque es amigo y miedo al que diran.

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    • abril 17, 2020 a las 12:58 pm
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      Sí Viviana, coincido, es el gran desafío de esta especial relación!
      Gracias por comentar, saludos!

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