Me encantan las historias de los grandes personajes de la historia. Personas que cambiaron el mundo. Pero tratando de aprender de ellas me encuentro con un factor un tanto inquietante que se repite.
Ya sea en la política, deporte, arte, negocios…cualquiera sea el ámbito de aplicación, las personas que han cambiado el mundo están un poco locas. Analicemos: siempre tuvieron remotas posibilidades de éxito al inicio, fueron contra la corriente, sacrificaron comodidades, sufrieron enormes dificultades. En muchas oportunidades, no eran los mejores calificados ni tampoco tenían los recursos ni los contactos, pero pese a todo esto… lo hicieron.
Embarcarse en un proyecto en estas condiciones es estar un poco loco. Al menos es lo que diría con convicción cualquier persona que a uno lo aprecie.
¿Qué hace entonces convertirse en «locos» a personas inteligentes? Yo creo que el factor secreto es la pasión.
Señales de una pasión
Hay personas que sienten una profunda pasión por lo que hacen. Su causa los moviliza. No aplica el análisis costo-beneficio. Su visión es tan fuerte que el compromiso total es la única alternativa. No importan las horas trabajadas. No importa el cansancio. En contra del sentido común, estas personas avanzan y persisten hasta cumplir sus objetivos.
Ejemplos
Hay que estar loco para rebelarse contra el Imperio Español y luchar por la Independencia, como lo hicieron nuestros próceres, cuando el enemigo es mucho más poderoso. Hay que estar también loco de remate para entrenar como un deportista de alto rendimiento y ganar una medalla olímpica, cuando en todo deporte por cada campeón hay miles de no-campeones. Hay que estar loco para dedicarse de lleno al arte, haciendo música, pintura, teatro o cualquier otra disciplina, cuando uno no va a vivir de eso durante mucho tiempo (si es que alguna vez lo logra). Hay que estar loco para lanzarse a abrir un negocio, cuando el 90% se funde en menos de tres años.
Todos estos ejemplos comparten la misma estructura. Todo análisis racional diría “no lo hagas”, pero ese fuego de la pasión es tan fuerte que empuja y hace posible lo imposible.
¿Qué hago si hoy no tengo una pasión?
Esta profunda pasión es una de esas pocas cosas que el dinero no puede comprar. La sentís o no la sentís. Pero estoy 100% convencido que todas las personas tienen pasión por algo. Aquellas que hoy no sienten esa pasión es porque aún no han encontrado una causa que los movilice. Por lo tanto lo que uno debe hacer es seguir buscando.
Steve Jobs, un ejemplo moderno del tema lo decía claramente: amá lo que hacés. Es la única forma de ser exitoso en algo.
Estar loco de remate, loco por una pasión, no es tan malo. Si está bien canalizada, esa locura puede cambiar el mundo.