Existen numerosas definiciones de liderazgo y una gran confusión alrededor de ellas. A continuación veremos las 4 formas más usuales de diferenciar a un jefe de un líder.
La dimensión de la visión
“Los gerentes hacen las cosas correctamente, los líderes hacen las cosas correctas”. Bajo este lema de Peter Drucker, se describe a los líderes como visionarios, estratégicos, personas que están para las “ grandes cosas y el futuro”. Mientras que los jefes o gerentes, están para la operación diaria, orientados al detalle, en los procesos y en las personas. Son los encargados de bajar a tierra las ideas revolucionarias de los líderes.
Particularmente no me parece adecuada esta distinción. Minimiza el rol de los gerentes, que cargan con la enorme responsabilidad de hacer que las cosas funcionen todos los días. Son los que tienen bajo sus hombros la tarea de llevar adelante a sus equipos. Básicamente no considera líderes a los mandos medios, a los líderes de equipo.
La dimensión del estilo
La distinción más popular entre jefe y líder es la que podemos encontrar en esas simpáticas infografías de internet, en las que aparecen, por un lado, las características de un jefe autoritario, que imparte órdenes, maneja a su equipo con miedo y que se queda con todo el crédito de su equipo; y por el otro, las cualidades de un líder mucho más humano, que empuja como uno más del equipo, que coachea a su gente y lidera con el entusiasmo.
Tampoco me parece acertada esta distinción. Si bien coincido que un líder debe hacer esas cosas, no creo que un jefe que carezca de liderazgo necesariamente deba ser así. Más que jefe vs líder, parece diferenciar dictador vs líder. Hay jefes que no aún no han desarrollado su liderazgo pero son buenas personas. De hecho, muchos así empiezan, y con el tiempo aprenden.
La dimensión de la autoridad
La distinción que me parece más más acertada tiene que ver con la autoridad. Los jefes tienen poder – pueden tomar decisiones ya que las organizaciones les otorgan una posición de liderazgo con ciertas atribuciones. De este modo, cuando una persona es promovida, ese día se convierte en el jefe del equipo, por la posición que ocupa.
Sin embargo esto no la convierte en el líder del equipo. Tiene el poder pero no tiene la autoridad o legitimidad. La autoridad se gana de abajo hacia arriba, con el tiempo, cuando el equipo reconoce a ese jefe como su líder. Cuando el equipo siente que él es su verdadero referente, la persona que puede guiarlos.
El poder se puede comprar, el liderazgo no.
Es por esta distinción que se puede ser jefe sin ser líder y ser líder sin ser jefe. No es una cuestión de poder sino de autoridad o influencia. Un líder es una persona que lidera por influencia.
La dimensión de la efectividad
Normalmente tendemos a asociar al liderazgo con tener gente a cargo, con ser líder de equipo. Pero más allá de la influencia que se tenga en los demás, una persona también puede ser un líder si es capaz de manejar su propia vida con efectividad – si tiene liderazgo personal. Es decir, si es capaz de lograr sus objetivos, superarse cada día y llevar una vida equilibrada, teniendo armonía y paz interior, al vivir de acuerdo a sus valores. Cualquier persona puede ser un líder, porque el liderazgo antes que nada es personal.
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