decir-no

Normalmente es algo que nos resulta difícil. Tememos en dañar la relación. Nos preocupa que la otra persona se ofenda o se enoje, que piense que no ponemos buena voluntad. De estos pensamientos se forma la creencia de que “estamos obligados” a decir que sí, más que nada a personas con las que tenemos una relación especial, tales como pareja, jefe, padres, amigos cercanos, etc.

La forma en cómo decimos que no es muy importante. Una negativa mal expresada puede producir el efecto no deseado de la confrontación. Analicemos a continuación las claves del proceso:

1. Esperar: Si decir que no es algo que nos resulta difícil lo importante es cortar el mecanismo automático del sí. Para poder elaborar una buena respuesta vamos a necesitar tiempo. No estamos obligados a responder al instante. Simplemente al recibir un pedido podemos decir “dejámelo pensar”, “dame un minuto y te llamo” o bien, “estoy justo con otro tema, termino y hablamos”.

2. Comprender: es importante tener una idea completa de lo que el otro quiere. Nos puede ayudar a ganar tiempo también. Pero por sobre todas las cosas la información adicional de la solicitud puede hacer que sea más fácil de denegar. Tal vez no seamos la persona indicada para ayudar. Quizás el pedido pueda ser solucionado en muy poco tiempo. O bien puede que no sea urgente.

3. Reconocer: el próximo paso implica hacerle saber al otro que hemos comprendido su pedido y que es importante. Es una demostración de respeto a través de la escucha y la empatía, es decir, poniéndonos en su lugar. Reconocer significa decir sí a la persona y no a la tarea. Es proteger la relación. Este paso es crítico para pavimentar el camino de la respuesta.

4. Explicar: detrás de todo no hay una razón. La clave es sacar a la luz esta explicación para que la otra parte comprenda nuestra posición. Por eso la peor forma de decir que no es “No, porque no”. Cuando no hay una explicación razonable se genera resistencia.

Algo que debemos tener en cuenta es que cuando surge un pedido para hacer algo que no queremos SIEMPRE hay un no. Le decimos que no a la otra persona, o nos decimos que no a nosotros mismos. La clave para mantener relaciones sanas se encuentra en el respeto mutuo por los intereses de ambas partes.

4 pasos para decir que no (y que no suene como no)
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