Pocas preguntas me han incomodado tanto como la siguiente: “¿Qué querés hacer cuando seas grande? o “¿A qué te querés dedicar?”. Astrónomo, Matemático, Contador, Político, Músico, Químico, Economista, Filósofo, Abogado, Fotógrafo, Empresario, Financista, Periodista, Docente, Consultor de Negocios y la lista podría seguir…Durante diferentes momentos de mi vida me he imaginado en cada uno de esos roles y todavía me imagino. Muy a desgano tuve que elegir.
Hoy en día la sociedad premia a El Especialista. Ser el que más sabe de algo te “garantiza” un lugar privilegiado en la comunidad. Si tu especialidad tiene un buen tamaño de mercado, te posibilitará un buen pasar económico. El sistema educativo es funcional a este esquema. Cada día existen más especializaciones. Y desde un punto de vista económico, este esquema es eficiente. Hace ya más de 200 años Adam Smith exponía las ventajas de la división del trabajo. Las especializaciones permitieron una avance sin precedentes de la tecnología y por consiguiente de la economía, que han mejorado nuestras condiciones de vida significativamente.
Sin embargo, creo que Adam se olvidó de algo: nuestra sociedad moderna especializada necesita generalistas. Un ejemplo muy conocido por todos ocurre en Medicina. No tengo dudas que el día que tenemos una dolencia queremos que el especialista que más sepa de la materia nos atienda. No obstante, será probablemente el médico clínico quien primero nos trate. Será probablemente este último quien nos de un diagnóstico inicial de la situación para luego derivarnos. Un error de diagnóstico inicial claramente puede ser fatal para el enfermo.
Me siento muy seguro rodeado de especialistas, pero también siento la falta de “clínicos”. Una sociedad con problemas tan complejos como la actual, precisa de generalistas, y de lo más diverso posible. Un problema complejo no es sólo una sumatoria de partes, sino también la forma en cómo se relacionan. Para entender cómo se relacionan hay que saber por lo menos,un poco de cada una.
Reivindiquemos a los Generalistas. Los que pueden jugar varios roles y hacer de canal de comunicación entre distintos especialistas. Los que pueden diagnosticar y derivar correctamente. Los que piensan en sistemas, no solo en órganos. Formar Generalistas no es tarea fácil: requiere pasión por el saber, paciencia y por sobre todas las cosas, oportunidades de trabajo.
