Es un cliché, instalado y casi universal: “las personas se resisten al cambio”. Pero si te dijera que te ganaste el loto, que tu cuenta tiene 100 millones de dólares y que no necesitás trabajar nunca más… ¿te resistís a ese cambio? Me imagino que no. Entonces..¿en qué quedamos? ¿Se resisten o no?
Como muchas cosas en la vida la respuesta es “depende”. Pero más allá de la naturaleza del cambio (ser millonario o no, adonde la respuesta es obvia), la resistencia muchas veces tiene que ver con la comunicación del cambio. Incertidumbre, radiopasillo, reuniones secretas, versiones diferentes, información limitada, etc…Todas estas cosas alimentan el imaginario de la gente para creer que lo que viene no es bueno (sino se comunicaría abiertamente, no?).
Las personas se resisten a los cambios que perciben negativos.
Y tienen toda la razón para hacerlo, no? ¿Quién quiere cambiar para peor? Mejor nos quedamos como estamos…¿para qué arriesgar?
Sin embargo, es posible empujar el cambio. Para hacerlo es necesario comunicar efectivamente: a) lo mucho que se gana por cambiar, b) lo mucho que se pierde por no cambiar, c) lo que no se pierde por cambiar y d) el limitado esfuerzo por cambiar. Si las personas se convencen de estas cuatro cosas, muy probablemente reciban muy buena manera el cambio.
Pingback: ¿Las personas se resisten al cambio? – EducaciónBIZ