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Le debemos la vida moderna a las corporaciones. Estas mega organizaciones nos curan (Pfizer, Roche, Novartis), nos dan de comer (Nestlé, PepsiCo, Cargill, Danone), nos conectan (Facebook, Apple, Samsung, AT&T), nos trasladan (VW, Toyota, Ford) y nos hacen la vida más fácil (Google, Amazon, Walmart).
El éxito de las corporaciones es un pilar indiscutible del mundo actual, nos guste o no. Pero más allá de sus logros, medio siglo atrás surgieron críticas a sus lados más oscuros.
El Principio de Peter
Según Laurence J. Peter, en las corporaciones los empleados que hacen muy bien su trabajo son promovidos a puestos de mayor responsabilidad. Sin embargo, este camino ascendente tiene un fin: el momento en que el promovido alcanza un rol para el cual ya no tiene las habilidades necesarias.
“En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”, explicó Peter en su famosa crítica al management y a las políticas de recursos humanos de los años 60.
En ese contexto, las jerarquías eran monstruos burocráticos y lentos. La mirada de Peter era pesimista: quienes llegaban a ciertos puestos lo hacían porque ya no daban para más.
Si bien el Principio tiene algo de verdad, en el Siglo XXI podemos formular una nueva versión para mejorarlo.
El Principio de Peter Pan
El personaje de Peter Pan tiene luces y sombras. Como joven que nunca envejece, es egoísta, olvidadizo y evade sus responsabilidades. Pero también vive con pasión, asume riesgos, vuela y se mueve con rapidez. Siempre tiene hambre de aventuras, vive el presente, y lucha con coraje contra el Capitán Garfio.
Según Wikipedia, el coraje es «la fuerza de voluntad que puede desarrollar una persona para superar ciertos impedimentos, sin miedo al fracaso, realizando gestos de valor».
En los 60, el nivel de competencia ponía un techo a las carreras. Pero hoy, necesitamos algo más. Aquí propongo el Principio de Peter Pan:
“En una organización, todo colaborador debería ascender hasta su nivel de coraje”.
Cómo nombrar a un líder
En su libro “Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo”, John C. Maxwell establece que la primera ley es la Ley del Tope: la capacidad de liderazgo es el límite que determina el nivel de eficacia de una persona.
Hablar de liderazgo es hablar de coraje. Necesitamos personas que:
- Se la jueguen y tomen riesgos.
- Innoven y desafíen el status quo.
- Tengan una visión clara.
- Se muevan con rapidez.
- Sean resilientes y generosas.
Peter Pan llevó a los niños al País de Nunca Jamás. Ojalá que nuestros líderes tengan el coraje de pelear por un futuro mejor y nos ayuden a volar.
— Maxi Hapes
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